La Esclerosis Múltiple(1) (EM) es una enfermedad neurodegenerativa del sistema nervioso central. Puede presentar una serie de síntomas, de los cuales los más frecuentes son:
- Debilidad generalizada
- Fatiga
- Dificultades en la coordinación
- Problemas de equilibrio
- Temblor
- Rigidez o espasticidad muscular
- Problemas de visión
- Alteraciones cognitivas
No existe un cuadro típico dado que no todas las personas con EM comparten la misma sintomatología. No obstante, es importante destacar que gracias a los tratamientos farmacológicos y de rehabilitación que se están aplicando en la actualidad, se puede mejorar dicha sintomatología consiguiendo así un mejor control de la enfermedad, aunque no exista todavía una cura para la EM.
Para poder aliviar las dificultades a las que se enfrenta la persona con Esclerosis Múltiple (PcEM) es importante seguir un programa de actividad física moderada unido a una alimentación(2) variada y equilibrada que evite el sobrepeso y la obesidad, recomendando el abandono del tabaco y del consumo excesivo de alcohol.
Dependiendo del estadio de progresión en el que se encuentre la EM, del grado de discapacidad y de la edad entre otros factores, el primer objetivo de la prescripción de ejercicio debería centrarse en el mantenimiento y, en la medida de lo posible, la mejora de la función física, la flexibilidad de las articulaciones, la resistencia aeróbica y la fuerza y resistencia muscular. Si la persona ya realizaba de forma habitual ejercicio, es probable que tenga una idea más clara de sus propios límites, de igual manera que puede ser una forma de mantener el estilo de vida que ya poseía antes de ser diagnosticada con EM.
Es muy importante motivar a la persona con EM para que sea constante a la hora de mantener una rutina diaria en la práctica de actividad física. En este sentido, la fatiga puede ser uno de los síntomas más invalidantes del afectado de EM y más limitante a la hora de realizar ejercicio. Por tanto, la fatiga puede volverle reticente para comenzar la actividad, sin embargo, realizar ejercicio le permitirá soportarla mejor y ser capaz de aguantar la actividad durante más tiempo. Se le deben plantear objetivos fácilmente conseguibles y enseñar ejercicios fácilmente repetibles en cualquier momento y lugar. A medio y largo plazo, la pertenencia a un grupo o recibir clases en un entorno distinto al de su casa puede ayudar a mantener a la persona con EM en la senda de la superación y motivada para la lucha diaria.
Hacemos hincapié en el aspecto psicológico de la persona con EM: La depresión y la ansiedad son los problemas emocionales más frecuentes (afecta alrededor del 50% de las personas con EM)(3). Además, este tipo de problemas suelen llevar asociados una mala alimentación e inactividad, lo que implica un deterioro de su estado físico. Mantener un buen estado de ánimo es una condición indispensable para mejorar su calidad de vida.
La persona con EM debe sentirse una más e integrada en el entorno en el que se encuentre. La enfermedad puede condicionar que las personas se queden en casa, se sientan solas y eviten tomar parte en la vida social. Debemos animar a las personas con EM a mantener la vida que llevaba antes, con las adaptaciones que sean necesarias en función de su grado de discapacidad, sintomatología, etc. El Dr. Rafael Arroyo, presidente del Consejo Asesor Médico de Esclerosis Múltiple España, afirma que “es partidario de prescribir actividad física a las personas con EM (…) independientemente de la situación neurológica del afectado acorde a sus limitaciones”(4). Es la persona con EM quien pone los límites en el conocimiento de su estado y, si está bien aconsejada por los profesionales sanitarios que la supervisan, sabrá hasta dónde puede llegar en cada situación.
Para completar esta introducción, debemos comenzar a dibujar escenarios donde los distintos profesionales, sanitarios o no, que se relacionan con personas con EM seamos capaces de poner en común nuestras experiencias y conocimientos relacionados con esta patología para poder dar a cada paciente una respuesta a su problemática de la manera más individualizada posible. Como primeras consideraciones, debemos tener en cuenta:
- La enfermedad aparece con distintos síntomas y en diferente grado y cada persona tiene unas características distintas tanto por sus vivencias como por su entorno.
- Todos los profesionales de la rehabilitación deberían ser capaces de coordinarse entre ellos para supervisar la evolución de la persona con EM, aportando cada uno su granito de arena para la construcción de un camino lo más favorable posible por el que transiten las personas con EM.
- Desde el respeto y la confidencialidad de nuestra relación profesional con él, debemos hacerle ver la importancia de la actividad física para que la comience tan pronto como sea posible.
- El ejercicio deberá ser supervisado por profesionales expertos en la materia y estipulado de manera individualizada y adaptada, coordinado entre los distintos profesionales (neurólogos, fisioterapeutas, profesionales de la actividad física, etc.). El ejercicio debe ser realizado de manera regular.
- Es importante tener en consideración las variaciones y tipos de ejercicio adecuados, así como la frecuencia, la intensidad y el tiempo para ayudar a alcanzar las metas de cada uno.
Referencias
- Esclerosis Múltiple España – Informe del estudio Actividad física y deporte en esclerosis múltiple (Documento en línea) – Disponible en: http://www.esclerosismultiple.com/informe-del-estudio-actividad-fisica-y-deporte-y-esclerosis-multiple/ (Consultado en Septiembre 2016)
- POZUELO B, BENITO J. Dieta y esclerosis múltiple. Rev Neurol 2014; 58 (10):455-464.
- ARNETT, Peter; FORN, C. Evaluación neuropsicológica en la esclerosis múltiple. Rev neurol, 2007, vol. 44, no 3, p. 166-172.
- Entrevista al Dr. Rafael Arroyo: Actividad Física y EM (Documento en línea) –Disponible en: http://actividadfisica.esclerosismultiple.com/index.php/2015/06/13/entrevista-al-dr-rafael-arroyo-actividad-fisica-y-em/ (Consultado en Septiembre 2016)
Alberto de la Fuente del Río. Fisioterapeuta