La Esclerosis Múltiple es una patología muy heterogénea, se comporta de manera diferente en cada persona. Puede manifestarse de diversas formas, y afectar en distinto grado a las personas que tienen la enfermedad: mientras que en algunos casos progresa de forma agresiva alterando sustancialmente la calidad de vida del individuo, en otros permite hacer una vida prácticamente normal.

Esto último es cada vez más habitual, especialmente gracias a los avances farmacológicos. De hecho, hoy en día se está dando un aumento significativo de los casos NEDA (No Evidence of Disease Activity), en los que se logra frenar en un porcentaje muy alto la actividad de la enfermedad y, por lo tanto, no se detecta una progresión de la misma.

Por todo esto, parece lógico afirmar que no podemos recomendar una determinada actividad física o ejercicio igual para todas las pcEM. Se contempla la necesidad de que las prescripciones de ejercicio para las pcEM sean muy individualizadas, de modo que respondan de la mejor forma posible a las necesidades individuales y los síntomas del afectado.

La actividad física es necesaria en cualquier estadio de la enfermedad, para frenar y revertir algunos efectos de la inactividad en personas más afectadas, y de forma muy especial al comienzo, de forma preventiva. Por ello, debemos asesorar a todas las personas con EM recién diagnosticadas para que comiencen cuanto antes a realizar algún tipo de ejercicio o deporte.

Lamentablemente, muchas de estas personas no van a llegar a las organizaciones de pacientes, al encontrarse bien físicamente y pensar que no lo necesitan. Por ello, es importante ampliar nuestro conocimiento a través de esta plataforma y ser nosotros mismos quienes nos acerquemos a ellas a través de los canales de información que suelen frecuentar (páginas web, redes sociales…) para ofrecerles asesoramiento sobre actividad, ejercicio y deporte.

En definitiva, ¿quién podrá beneficiarse de la actividad física?

Siempre es bueno y recomendable que las personas con EM hagan ejercicio moderado, con independencia del grado de su enfermedad.

No se debe caer en el error de pensar que sólo podrán realizar actividad física aquellas pcEM sin afectación ni secuelas, ya que todas las personas pueden realizar alguna, por mínima que sea. Además, en el ámbito del ejercicio físico existen cada vez más posibilidades y facilidades para las personas afectadas por limitaciones físicas, aunque requieran adaptaciones técnicas o la ayuda de otras personas para realizarlo.

 

Algunos casos excepcionales

En los últimos años, un buen número de pcEM ha logrado retos importantes como ascender al Everest, completar pruebas de triatlón o cruzar a nado largas distancias. Han sido un ejemplo de lucha y superación, pero eso no es lo habitual. Es importante apoyar a todos aquellos que quieran iniciar o retomar el deporte, al igual que a aquellas personas con mayores limitaciones que simplemente pretendan llevar una vida más activa; pero es imprescindible estudiar bien cada caso y plantear objetivos realistas, para evitar frustraciones y abandono del ejercicio, o incluso lesiones o un agravamiento de la enfermedad fruto del sobreesfuerzo.

Bibliografía consultada:

  • Vida saludable. MS in Focus. 2005
  • Actividad física y EM. Conclusiones de la encuesta. Sandra Fernández Villota. EME. 2013
  • MS Get Fit Toolkit. A resource to help adults living with multiple sclerosis (MS) meet the Canadian physical activity guidelines. MS Society of Canada, 2013
  • Physical Activity for People with Multiple Sclerosis. An Introduction to MS for Health and Wellness Professionals. National MS Society. Summers, Kristin. 2009
  • Physical Exercise and MS – Recommendations. U. Dalgas, T. Ingemann-Hansen, E. Stenager. The International MS Journal. 2009
  • Understanding MS and Exercise. A fitness and Lifestyle Providers Guide. Keith Johnston, Lea Carlyle and Scott Rattray, 2008

Irene Bartolomé Gómez. Fisioterapeuta