Esclerosis Múltiple y capacidad cardiorrespiratoria
La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad neurodegenerativa del sistema nervioso central. Hay aproximadamente 2.5 millones de personas con EM en todo el mundo. En las últimas décadas, la prevalencia de la EM ha aumentado, principalmente debido a una mayor supervivencia (1).
Aunque la etiología exacta de la enfermedad es desconocida, se acepta generalmente que la EM involucra una respuesta inmune anormal dentro del sistema nervioso central. La distribución variable de la desmielinización en todo el sistema nervioso central puede llevar a trastornos de la fuerza y resistencia muscular, incluyendo los músculos respiratorios (2,3). El rendimiento de los músculos respiratorios es un aspecto importante en el manejo de la enfermedad dada la asociación entre la debilidad de los músculos respiratorios y la Escala de Discapacidad Expandida (EDSS, por sus siglas en inglés), el rendimiento funcional (prueba de caminata de seis minutos o 6MWT, por sus siglas en inglés) y la capacidad reducida de ejercicio en la EM, todo lo cual afecta la calidad de vida (4-7).
Las alteraciones de los músculos respiratorios en personas con Esclerosis Múltiple son comunes. Fry 2007 informó que el 64% de las personas con EM y una puntuación baja a media en la EDSS (3.96 ± 1.8, rango de 2.0 a 6.5; rango de puntuación de 0-10) presentaban debilidad de los músculos respiratorios. Las alteraciones en los músculos respiratorios y las funciones pulmonares aumentan a medida que progresa la enfermedad (4,8). Esta debilidad puede llevar a un rendimiento disminuido en la tos, lo que puede resultar en neumonía por aspiración o incluso insuficiencia ventilatoria aguda. Estas complicaciones pulmonares son causas frecuentemente reportadas de muerte en la EM (9).
La debilidad de los músculos respiratorios como consecuencia de la EM está relacionada con el deterioro neurológico, la inactividad física y las complicaciones respiratorias (10). El deterioro del rendimiento motor y la fatiga severa, experimentados por la mayoría de las personas con Esclerosis Múltiple en todas las etapas de la enfermedad (11), influyen en el nivel y patrón de actividad física y la función pulmonar (10). Por lo tanto, el entrenamiento específico de los músculos respiratorios puede ser beneficioso.
Entrenamiento de los músculos respiratorios
El entrenamiento de los músculos respiratorios es una forma de ejercicio que se enfoca en fortalecer y mejorar la función de los músculos utilizados en la respiración, como los músculos inspiratorios y espiratorios. Estos músculos incluyen el diafragma, los músculos intercostales y los músculos accesorios respiratorios.
Existen diferentes técnicas y dispositivos utilizados en el entrenamiento de los músculos respiratorios. Una técnica común es el entrenamiento con resistencia, que implica el uso de dispositivos llamados «umbrales» o «inspirómetros de resistencia».
Estos dispositivos proporcionan resistencia al flujo de aire durante la inhalación o exhalación, lo que obliga a los músculos respiratorios a trabajar más intensamente para superar la resistencia. Esta resistencia puede ajustarse para adaptarse al nivel de condición física y fortaleza de cada individuo.
El entrenamiento de los músculos respiratorios puede incluir ejercicios específicos de respiración, como inspiraciones y espiraciones profundas y controladas, así como técnicas de respiración diafragmática. Estos ejercicios se realizan de forma regular y gradualmente se aumenta la intensidad y la duración a lo largo del tiempo para mejorar la resistencia y la fuerza de los músculos respiratorios.
El objetivo principal del entrenamiento de los músculos respiratorios es mejorar la eficiencia de la respiración, aumentar la capacidad pulmonar y fortalecer los músculos involucrados en el proceso respiratorio.
¿Cómo llevarlo a cabo?
Los pasos a seguir para comenzar a entrenar los músculos respiratorios serían:
- Evaluar el estado físico: antes de comenzar cualquier programa de ejercicio, es importante evaluar el estado físico actual de la persona. Esto puede incluir pruebas de capacidad cardiorrespiratoria, fuerza muscular, equilibrio y coordinación.
- Establecer metas realistas: junto con el profesional de la salud, se deben establecer metas realistas y personalizadas para la mejora de la capacidad cardiorrespiratoria. Las metas deben ser específicas, medibles, alcanzables, relevantes y limitadas en el tiempo (metas SMART).
- Ejercicio aeróbico de intensidad moderada: el ejercicio aeróbico, como caminar, montar en bicicleta estática o nadar, es beneficioso para mejorar la capacidad cardiorrespiratoria. Se recomienda comenzar con sesiones de 10 a 15 minutos de ejercicio aeróbico de intensidad moderada, como por ejemplo caminar a paso ligero, e ir aumentando gradualmente la duración y la intensidad.
- Entrenamiento de fuerza: el entrenamiento de fuerza, utilizando pesas livianas o máquinas de resistencia, también puede ser beneficioso para mejorar la capacidad cardiorrespiratoria en personas con Esclerosis Múltiple. Se recomienda trabajar los principales grupos musculares de forma equilibrada, dos o tres veces por semana.
- Adaptaciones y modificaciones: es posible que se necesiten adaptaciones y modificaciones en el programa de ejercicio para tener en cuenta los síntomas y limitaciones individuales. Esto puede incluir el uso de ayudas técnicas, la realización de ejercicios en posición sentada o la incorporación de ejercicios de equilibrio y coordinación.
- Supervisión y seguimiento: es importante realizar el ejercicio bajo la supervisión de un profesional de la salud, especialmente al inicio del programa. Además, se debe realizar un seguimiento regular para evaluar el progreso y realizar ajustes según sea necesario.
Es importante destacar que el entrenamiento de los músculos respiratorios debe ser supervisado por un profesional de la salud capacitado, como un fisioterapeuta o terapeuta respiratorio, para asegurar que se realice de manera segura y efectiva, y que se adapte a las necesidades individuales de cada persona.
Referencias
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- Fry AC, Beck TW, Housh TJ, Cramer JT, Weir JP , Schilling BK , Falvo MJ , Moore CA. The influence of muscle fiber type composition on the patterns of responses for electromyographic and mechanomyographic amplitude and mean power frequency during a fatiguing submaximal isometric muscle action. Electromyography and Clinical Neurophysiology, 01 Jul 2007, 47(4-5):221-232. PMID: 17711040
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Nuria Mendoza. Doctora en CC. De la Actividad Física y el deporte.