Existen resultados más que fiables que afirman que la alimentación equilibrada, variada y sana influye en el rendimiento. Asimismo, una dieta siempre debe ser individualizada o personalizada, cubriendo de esta manera todas las necesidades nutricionales del individuo.

En el caso de las personas con EM, se debe prestar más atención a su alimentación, aportando no solo las calorías necesarias según el caso, sino también ciertos nutrientes como los polifenoles, los carotenoides, los ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) y la vitamina D entre otros, para contrarrestar el estrés oxidativo y la inflamación1.

ANTES DE LA ACTIVIDAD FÍSICA

Cuándo, cuánto y lo qué se come antes de realizar ejercicio físico puede repercutir en el rendimiento, la resistencia o la fuerza.

El consumo de hidratos de carbono 2 incrementa su combustión en células musculares retrasando la aparición de fatiga, siendo por lo tanto recomendable su ingesta antes de realizar ejercicio, evitando practicarlo en ayunas.

Recomendaciones generales:

  • Correcta hidratación: en situaciones normales se debe ingerir mínimo 1 litro de líquidos al día en forma de agua y zumos. En caso de practicar ejercicio aumentar a 2-2,5 l al día dependiendo del grado de sudoración, intensidad y duración de la actividad.
  • Comer entre dos y cuatro horas antes del ejercicio para dejar tiempo al organismo a incrementar los niveles de glucógeno hepático y muscular y conseguir así un mayor rendimiento en la práctica.
  • Aportar alimentos ricos en hidratos de carbono2 de bajo-medio índice glucémico como pasta, arroz, pan, cereales integrales, etc.
  • Reducir el consumo de grasas y proteínas antes del ejercicio debido a que enlentecen el vaciamiento gastrointestinal.
  • Evitar alimentos flatulentos o muy ricos en fibra porque pueden provocar molestias durante la práctica del ejercicio.
  • No consumir alimentos crudos o poco cocinados que pueden resultar pesados en su digestión o cualquier tipo de especia o condimento que puede dar lugar a trastornos gástricos.

DURANTE EL EJERCICIO

  • Ejercicios no superiores a los 70 minutos: únicamente controlar la hidratación, aportando entre 200-350ml de agua cada 20 minutos en función del peso y la sudoración. No hay necesidad de incluir ningún tipo de bebida carbonatada ni suplemento.
  • Ejercicios superiores a los 70 minutos: podría ser necesario el aporte de algún alimento o suplemento con hidratos de carbono de índice glucémico alto, aunque si la alimentación es correcta a lo largo de la semana, no habría necesidad hasta el minuto 90.

DESPUÉS DEL EJERCICIO

  • Importante el restablecimiento rápido del equilibrio hidromineral, el aporte de hidratos de carbono de índice glucémico medio-bajo para iniciar lo antes posible la resíntesis de glucógeno y la ingesta de alimentos alcalinos que reduzcan la acidosis producida durante el ejercicio, como por ejemplo las verduras (brócoli, apio, espinacas o germinados entre otras), frutas (especialmente el limón, pomelo, aguacate) y el aceite de oliva.
  • Incluir grasas2 principalmente insaturadas (como las que se encuentran en el aceite de oliva virgen extra) y más en concreto las grasas poliinsaturadas ricas en omega 3 que podemos aportar a través de pescados azules, siendo doblemente beneficiosos para el organismo por ser ricos también en vitamina D1.
  • Para la recuperación muscular, aportar la cantidad de proteína recomendada a través de alimentos como carnes blancas, pescados, huevos o lácteos. En una comida no se debe consumir más de 30-35 g de proteína.

EJEMPLO DE MENÚ SI SE PRACTICA EJERCICIO POR LA MAÑANA*

Desayuno:

  • 1 Kiwi o rodaja de piña o zumo de pomelo
  • Leche semidesnatada sola o con café o descafeinado
  • 60g Pan de centeno con una cucharada de aceite de oliva virgen extra

Ejercicio durante 20-50 min. Hidratarse correctamente durante toda la actividad aportando entre 200- 350 ml cada 20 min en función de la sudoración. Si se alarga el ejercicio más de 1 hora y media, comer un plátano.


Media mañana: (si hemos desayunado pronto se realizará la ingesta de media mañana. En caso de no pasar más de cuatro horas entre el desayuno y la comida, no realizar la ingesta de media mañana)

  • Té verde
  • Un tazón de arándanos o fresas

Comida:

  • 150 g Brócoli al vapor con 50 g pimientos rojos asados
  • 150 g Salmón al horno con 150 g de patatas panaderas
  • 10 g aceite de oliva
  • 125 g yogur desnatado

EJEMPLO MENÚ SI SE PRACTICA EJERCICIO POR LA TARDE*

Comida:

  • Ensalada de tomate (100g) y cebolla (25g)
  • 60g (en seco) de arroz integral salteado con tiras de 100 g pollo y 80 g champiñones
  • 10 g Aceite de oliva virgen extra
  • Té verde

Ejercicio durante 20-50 min. Hidratarse correctamente durante toda la actividad aportando entre 200- 350 ml cada 20 min en función de la sudoración. Si se alarga el ejercicio más de 1 hora y media, comer un plátano.


Merienda:

  • 40-50 g Nueces, almendras o pistachos
  • Yogur desnatado con 20 g de copos de avena
  • 1 rodaja de piña o un tazón de arándanos

Cena:

  • Crema de 100 g calabaza y 100 g calabacín (con 50 g cebolla y 150 g patata)
  • 150 g Sardinas en papillote con 100 g alcachofas y vinagreta de limón
  • 10 g Aceite de oliva virgen extra
  • 50 g Queso fresco

* Las cantidades son representativas; variarán en función de la persona (sexo, edad y talla) y la intensidad y duración del ejercicio.

Referencias

  • 1. Olascoaga, J. (2012). Alimentación sana para la esclerosis múltiple.
  • 2. «Guía de la alimentación» de la Federación Española para la Lucha contra la Esclerosis Múltiple (FELEM).

Marta Lorenzo Corrochano. Nutricionista

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