La práctica de deporte, ejercicio o rehabilitación bajo los efectos de determinados fármacos y/o drogas puede ocasionar que el cuerpo no responda como sería de esperar o como se desearía que respondiera.
El THC es un componente de la marihuana y últimamente, diferentes artículos y documentales indican que “va camino de la farmacia” como principio activo en diferentes medicaciones. De hecho, actualmente existe en el mercado medicación contra la espasticidad basada en dos principios activos sintéticos derivados de la marihuana.
El THC es un componente que interactúa con diversos neurotransmisores (receptores celulares) del cerebro afectando a su funcionamiento, tanto de los propios neurotransmisores como del propio cerebro.
La marihuana principalmente, y también el hachís (residuo de la planta del cáñamo), pertenece a la familia de la planta cannabis sativa. Principalmente afecta a las siguientes áreas cerebrales, y por consiguiente tendrá también sus efectos a nivel motriz, de coordinación y de control:
- Corteza cerebral: Afecta sobre todo a la memoria (lapsus linguae, lapsus de memoria, distorsión del espacio y el tiempo, etc.), el pensamiento ordenado, las percepciones y el estado de conciencia. Puede llegar incluso, en ocasiones y con consumos prolongados, a ocasionar episodios de alucinaciones.
- Tronco encefálico: Controla los actos reflejos, los vómitos, la presión de la sangre, el pulso, etc. También interviene en el tono muscular y en el movimiento muscular reflejo. Es en este apartado donde podremos encontrar diferentes estudios llevados a cabo que indican que el cannabis ayudaría en el tono muscular, mermaría el dolor, ayudaría a controlar los espasmos y los temblores. Siempre bajo control médico (normalmente mediante el uso de medicamentos). Un uso descontrolado y/o abuso de la sustancia podría llevar a la hipotonía muscular, reducir en exceso el ritmo cardíaco, somnolencia, etc.
Estos síntomas no ayudarían en la práctica del ejercicio, al contrario, lo dificultarían en exceso. - Hipotálamo: Regula el apetito. Un exceso de la sustancia, un abuso incontrolado, haría que aumentara la sensación de apetito y con ello un posible aumento de peso. En personas donde la movilidad es reducida, un aumento de peso no beneficia en absoluto y complica, junto con otras comorbilidades, la práctica de ejercicio, el deporte o la rehabilitación.
- Cerebelo: Regula el control y la coordinación muscular. El uso (bajo control médico) regularía los temblores atáxicos. Su uso y/o abuso descontrolado provocaría falta de coordinación.
- Hipocampo: Junto con la corteza cerebral regula la memoria de la persona. El uso de la sustancia deteriora esta zona cerebral, empeorando la memoria de la persona, afectándola a nivel cognitivo.
- Amígdala: Es el centro regulador de las emociones. Con un uso descontrolado y un abuso en exceso y continuado, puede llegar a producir ataques de pánico y ansiedad de forma continua.
Debemos consultar siempre con los especialistas en la enfermedad: ellos conocen al afectado, conocen la enfermedad y conocen lo que puede llegar a provocar el abuso de sustancias como el cannabis.
Numerosos estudios han indicado la destrucción de mielina que provoca el tabaco, así como la saturación de oxígeno en la sangre, provocando el aumento de cansancio y reducción de capacidad pulmonar. En la práctica de ejercicio, deporte o rehabilitación, es necesaria una correcta oxigenación pulmonar y hematológica, que no se consigue con el tabaco.
Otro elemento que puede llegar a afectar la conducta es el alcohol, que también influye en el sistema nervioso. Abusando del alcohol nos encontramos con calorías vacías de nutrientes que pueden provocan aumento de peso, descoordinación cerebelosa de movimientos de motricidad fina y gruesa. En casos de abuso prolongado puede llegar a afectación cognitiva (Encefalopatía de Wernicke y síndrome de Korsakoff).
La cocaína también es una sustancia cuyo abuso provoca mareos, desregulación de ritmos circadianos (vigilia/sueño), alteración del ritmo cardíaco, vértigo, alteración de las papilas gustativas, descoordinación motriz, etc.
Por último, los profesionales de la rehabilitación en Esclerosis Múltiple deben tener en cuenta las medicaciones (benzodiacepinas, ansiolíticos, antihistamínicos, antiespásticos, analgésicos, etc.), las drogas legales (tabaco y alcohol) y las sustancias ilegales (cocaína, anfetamina, metanfetamina, polvo de hachís, etc.), así como la combinación entre ellas que los pacientes con EM puedan estar consumiendo de cara a la correcta planificación y aprovechamiento de la actividad y ejercicio físico pautado.
Deben estar informados y adaptar las actividades en base a las consecuencias que se derivan de los usos y abusos de estas sustancias.
Seguir las indicaciones de los profesionales conocedores de la enfermedad y de las consecuencias de las sustancias, seguir el consejo médico, conocer al paciente y a los cuidadores, ayudará en la tarea de la rehabilitación y la práctica de ejercicio.
Bibliografía
- BRANCO, J. (2016). La maría, camino de la farmacia. Cannabis medicinal, pros y contras del uso terapéutico de la marihuana. Muy Interesante Salud. Nº 5, pp. 44 y ss.
- SANCHEZ-VALLEJO, F., RUBIO, J. PAEZ, D. y BLANCO. A. Optimismo ilusorio y percepción de riesgo. Boletín de Psicología, No. 58, Marzo 1998, 7-17
Sandra Sánchez. Psicóloga