Los programas de ejercicio con el fin de aumentar los niveles de actividad física en personas con esclerosis múltiple (pcEM) han sido uno de los tratamientos no farmacológicos que más ha crecido durante los últimos años,1 debido a la evidencia existente sobre los beneficios que el ejercicio aporta para algunos de los síntomas producidos por la patología y por ende por el aumento en la percepción de los niveles de calidad de vida de los pacientes.2

Sin embargo, y aunque los niveles de actividad física de las pcEM ha crecido durante la última década, aún son más inactivos que la población sana3, y es por ello que son varias las publicaciones que intentan, por un lado, esclarecer qué factores actúan como barrera a la hora de practicar ejercicio,  y por otro, intentar encontrar qué factores podrían aumentar la adherencia de los pcEM a los programas de entrenamiento físico.

Crank y col.4 detallan en un reciente estudio cualitativo como la falta de confianza en sí mismos junto con el poco conocimiento sobre los efectos del ejercicio para con su patología del propio paciente y de los profesionales que les atendían, son las principales barreras que las pcEM se encuentran a la hora de involucrarse en este tipo de tratamientos, junto con las dificultades de acceso al servicio y el transporte5. En pacientes de edad más avanzada y con mayor grado de discapacidad, la capacidad de caminar, el grado de discapacidad y la fatiga percibida explicarían los niveles de práctica de ejercicio6.

En cuanto a la adherencia, cabe resaltar que aún hoy en día no existe un gold standard que determine qué grado de asistencia a un determinado programa se consideraría aceptable desde un punto de vista estadístico.5 En este sentido, es de resaltar como la adherencia a los programas de diferentes estudios supera el 80%,2 pero los datos de continuidad de los programas seis meses más tarde son escasos, y por tanto es necesario el diseño de estudios longitudinales que nos permitan comprobar la adherencia a los programas de ejercicio a largo plazo.5

Entre los factores que más determinan la participación en los programas de ejercicio encontramos la eficacia personal o autoeficacia y el disfrute con la actividad.7, 8

Otro de los factores que más parece influir en la adherencia a este tipo de tratamientos es el modo y lugar de la práctica. Así, un gran número de pacientes reportan que encuentran especial dificultad para mantener la actividad por sí mismos una vez han finalizado los entrenamientos dirigidos tras la participación en diseños de estudios u otras intervenciones.4 Del mismo modo, la asistencia a intervenciones dirigidas parece ser más motivante que los programas realizados en casa.4

Por otro lado, contar con profesionales cualificados que supervisen la actividad parece ser clave a la hora de aumentar la percepción de eficacia, la confianza en la actividad y la adherencia al tratamiento9, 10.

En cuanto a los intentos realizados para aumentar la adherencia a los programas de ejercicio destacan, junto a la inclusión en grupos de entrenamiento, el compartir los resultados y experiencias a través de las redes sociales en internet o el uso de juegos y actividades realizadas con videoconsolas, así como sesiones de educación para la salud complementarias a los programas de ejercicio, o los grupos de discusión o auto-ayuda.

Con todo lo anterior, parece claro que aumentar la adherencia a los programas de entrenamiento físico precisaría de una intervención multifactorial que englobaría tanto a las administraciones públicas como a los profesionales de la salud. Eliminar las barreras físicas y facilitar el acceso a los servicios, el diseño de intervenciones basadas en evidencia científica, con objetivos claros, alcanzables y evaluables que ofrezcan un feedback constante al paciente y por tanto aumente la confianza tanto en el programa como en los profesionales que lo implementan y en sí mismo parecen factores claves a la hora de conseguir que no sólo la participación de las pcEM, si no también que esta participación sea duradera.

REFERENCIAS

  1. McAuley E, Motl RW, Morris KS, et al. Enhancing physical activity adherence and well-being in multiple sclerosis: a randomised controlled trial. Mult Scler. 2007; 13: 652-9.
  2. Latimer-Cheung AE, Pilutti LA, Hicks AL, et al. Effects of exercise training on fitness, mobility, fatigue, and health-related quality of life among adults with multiple sclerosis: a systematic review to inform guideline development. Arch Phys Med Rehabil. 2013; 94: 1800-28.
  3. Kinnett-Hopkins D, Adamson B, Rougeau K and Motl RW. People with MS are less physically active than healthy controls but as active as those with other chronic diseases: An updated meta-analysis. Mult Scler Relat Disord. 2017; 13: 38-43.
  4. Crank H, Carter A, Humphreys L, et al. Qualitative Investigation of Exercise Perceptions and Experiences in People With Multiple Sclerosis Before, During, and After Participation in a Personally Tailored Exercise Program. Arch Phys Med Rehabil. 2017.
  5. Heesen C, Bruce J, Gearing R, et al. Adherence to behavioural interventions in multiple sclerosis: Follow-up meeting report (AD@MS-2). Mult Scler J Exp Transl Clin. 2015; 1: 2055217315585333.
  6. Ploughman M, Harris C, Wallack EM, et al. Predictors of exercise participation in ambulatory and non-ambulatory older people with multiple sclerosis. PeerJ. 2015; 3: e1158.
  7. Motl RW, Snook EM, McAuley E, Scott JA and Douglass ML. Correlates of physical activity among individuals with multiple sclerosis. Ann Behav Med. 2006; 32: 154-61.
  8. Motl RW, Snook EM, Wynn DR and Vollmer T. Physical activity correlates with neurological impairment and disability in multiple sclerosis. J Nerv Ment Dis. 2008; 196: 492-5.
  9. Brown C, Kitchen K and Nicoll K. Barriers and facilitators related to participation in aquafitness programs for people with multiple sclerosis: a pilot study. Int J MS Care. 2012; 14: 132-41.
  10. Christensen ME, Brincks J, Schnieber A and Soerensen D. The intention to exercise and the execution of exercise among persons with multiple sclerosis–a qualitative metasynthesis. Disabil Rehabil. 2016; 38: 1023-33.

Ramon Jesús Gómez i Illan: Doctor en CC. De la Actividad Física y el Deporte.