Anteriormente ya se ha hablado de cómo las personas con Esclerosis Múltiple pueden realizar cualquier actividad física adaptandola a sus capacidades.
A continuación se proponen algunos ejemplos que pueden servir de inspiración y motivación para la persona con EM.
Marcha, carrera, bicicleta, silla de ruedas
Utilizar el movimiento del cuerpo para desplazarse es una buena forma de realizar actividad física. Caminar, trotar o correr, ir en bici o desplazarse en la silla de ruedas son ejercicios aeróbicos que aumentan la resistencia, mejoran la movilidad para las actividades de la vida diaria y reducen la sensación de fatiga. Resulta fácil integrarlas en la rutina diaria, por ejemplo para ir al trabajo o al supermercado, no dependen de horarios, tienen coste 0 y se pueden realizar solo o acompañado por familiares o amigos. Si la persona con EM se plantea dedicar un tiempo específico a ejercitarse en estas actividades, existen muchas aplicaciones móviles gratuitas que permiten registrar cada sesión para hacer un seguimiento del progreso y puede servir como elemento de motivación.
Natación y otras actividades en piscina
Nadar, hacer aquagym o aquafitness son formas de trabajar todo el cuerpo de una forma muy completa. Se ha demostrado que mejora la fuerza muscular, la resistencia, la flexibilidad, la función cardiovascular, la marcha y el equilibrio1,2. La piscina tiene dos grandes ventajas: el agua ayuda a regular la temperatura corporal (siempre que la temperatura del agua y del recinto estén adaptadas a personas con EM no superando en ningún caso los 28º la temperatura del agua) y reduce el peso que se carga sobre las piernas, por lo que puede ser una buena opción para personas con problemas de equilibrio o dificultad para caminar. El coste de inscripción a estas actividades, la dificultad de acceso a la piscina, los problemas de movilidad, los horarios… Todo ello pueden suponer obstáculos, aunque los beneficios que se obtienen podrían merecer el esfuerzo.
Yoga, Tai-Chi, Pilates
En general estos ejercicios requieren menor gasto energético y producen una gran sensación de bienestar. Hay estudios que demuestran una mejora en la flexibilidad, equilibrio, esquema corporal y velocidad de la marcha3,4,5 . Suelen incluir ejercicios respiratorios, lo que contribuye a una reducción de la fatiga, y mejoran notablemente la postura, por lo que pueden tener una repercusión muy positiva en la vida diaria. Al ser actividades guiadas por un profesional, será más sencillo que la persona pueda adaptar los ejercicios a su condición.
Gimnasio
En el gimnasio se pueden realizar una amplia gama de ejercicios aeróbicos (cinta, bicicleta estática, elíptica) y de fortalecimiento (pesas, máquinas, bandas elásticas). Con la ayuda de un fisioterapeuta y un profesional de la actividad física se pueden programar ejercicios específicos adaptados a cada situación concreta, focalizando en los grupos musculares que más se necesite fortalecer. Se ha de intentar huir de la monotonía variando los ejercicios de una sesión a otra, fíjar objetivos alcanzables y cuidar la temperatura corporal (recomendando utilizar ropa adecuada e hidratación antes, durante y después del ejercicio).
Baile
Aunque apenas existen estudios específicos sobre baile y EM, se sabe que en general mejora la fuerza muscular, coordinación, resistencia y equilibrio. Desde los bailes de salón (salsa, bachata, merengue, sevillanas…) hasta actividades más exigentes desde el punto de vista físico (zumba, aerobic…), moverse al ritmo de la música es una forma motivante y divertida de ejercitarse. Existen además terapias basadas en el baile (danzaterapia, psicoballet…) que pueden adaptarse a prácticamente todos los niveles de afectación.
Deportes competitivos
Baloncesto, fútbol, tenis, pádel, voleibol… Los deportes competitivos son una forma lúdica y dinámica de realizar actividad física, con el valor añadido de que se practican en compañía y favorecen mucho las relaciones sociales. Existen versiones adaptadas de estos deportes para practicarlos en silla de ruedas o con otras adaptaciones. Como para cualquier persona, habrá que recomendar que se realice un buen calentamiento y estiramientos después de la actividad. También, es importante acordarse de la hidratación durante el ejercicio y ser prudente con la intensidad del juego para evitar el exceso de fatiga o alteraciones en la termorregulación.
Se ha de intentar orientar a la persona con EM hacia la práctica que más la motive, teniendo en cuenta los gustos, historial deportivo previo al diagnóstico, sus capacidades actuales, el tiempo del que dispone, etc. para conseguir que la actividad física se incorpore a su rutina diaria y ver así beneficios a medio-largo plazo.
REFERENCIAS:
- Frohman AN, Okuda DT, Beh S, et al. Aquatic training in MS: neurotherapeutic impact upon quality of life. Annals of Clinical and Translational Neurology. 2015;2(8):864-872. doi:10.1002/acn3.220.
- Marandi SM, Nejad VS, Shanazari Z, Zolaktaf V. A Comparison of 12 Weeks of Pilates and Aquatic Training on the Dynamic Balance of Women with Mulitple Sclerosis. International Journal of Preventive Medicine. 2013;4(Suppl 1):S110-S117
- Küçük F, Kara B, Poyraz EÇ, İdiman E. Improvements in cognition, quality of life, and physical performance with clinical Pilates in multiple sclerosis: a randomized controlled trial. Journal of Physical Therapy Science. 2016;28(3):761-768. doi:10.1589/jpts.28.761
- Burschka JM, Keune PM, Oy UH, Oschmann P, Kuhn P. Mindfulness-based interventions in multiple sclerosis: beneficial effects of Tai Chi on balance, coordination, fatigue and depression. BMC Neurology. 2014;14:165. doi:10.1186/s12883-014-0165-4
- Guner, Senem et al.Yoga therapy and ambulatory multiple Sclerosis Assessment of gait analysis parameters, fatigue and balance. Journal of Bodywork and Movement Therapies , Volume 19 , Issue 1 , 72 – 81. doi.org/10.1016/j.jbmt.2014.04.004
Carlos Ramos. Fisioterapeuta