Está demostrado que la actividad física contribuye a mantener una buena salud y calidad de vida y nos ayuda a evitar los aspectos nocivos del sedentarismo.
La falta de ejercicio puede provocar situaciones físicas no deseables como problemas de peso, respiratorios, circulatorios, endocrinos e incluso apatía, cansancio y deterioro de la salud mental.
Realizar de forma habitual ejercicio físico es una práctica muy beneficiosa para la prevención, el desarrollo y la mejora de la salud tanto física como emocional. Además, el deporte facilita la adopción de costumbres saludables ayudando a disminuir hábitos tóxicos como el tabaco y el alcohol.
En pacientes afectados por enfermedades crónicas, incluir una práctica deportiva de forma regular y en la medida adecuada puede resultar muy beneficioso en la mayoría de patologías, ayudando a paliar los efectos nocivos que éstas provocan en nuestra salud, activando nuestro organismo a nivel fisiológico y estableciendo un bienestar mental, mejorando la autoestima, la memoria y la capacidad de superación.
Aunque cualquier tipo de actividad física moderada puede aportar mejoras en nuestra salud, tanto la condición física como los objetivos personales son puntos clave a la hora de elegir una actividad física. Seguir un plan de ejercicios adecuado y contar con la supervisión de un profesional que adapte bien los entrenamientos y la carga de estos para evitar lesiones y frustraciones, son puntos clave para conseguir la adherencia a la actividad física y evitar así el abandono antes de la consecución de sus beneficios.
Entre los beneficios de la actividad física y la práctica deportiva sobre nuestra salud se encuentran:
NIVEL FISIOLÓGICO:
- Retrasa el envejecimiento celular.
- Aumenta la capacidad respiratoria.
- Genera mejoras cardiovasculares: disminuye la tensión arterial y fortalece las fibras cardíacas.
- Favorece un mejor control de la glucosa e insulina en sangre.
- Disminuye los indicadores inflamatorios (proteína C reactiva) en el organismo.
- Aumenta el riego sanguíneo y la oxigenación de los tejidos.
NIVEL LOCOMOTOR:
- Disminuye la atrofia muscular
- Ayuda en el mantenimiento de un normotono muscular disminuyendo la hipertonía y fortaleciendo las fibras musculares.
- Mejora la fuerza y resistencia.
- Aumenta la flexibilidad del sistema músculo-esquelético.
- Aumenta y mantiene las amplitudes articulares.
NIVEL NEUROLÓGICO:
- Mejora de la función cognitiva.
- Estimula la plasticidad neuronal.
- Mejora el esquema somato-sensorial.
- Aumenta el equilibrio y la propiocepción.
- Favorece y trabaja la coordinación.
NIVEL PSICOLÓGICO:
- Disminuye la fatiga.
- Mejora la calidad del sueño.
- Reduce la depresión.
- Mejora la autoestima, favoreciendo una imagen personal positiva.
- Aumenta las interacciones sociales, dependiendo de la actividad realizada.
- Promueve valores positivos: sacrificio, superación y esfuerzo.
- Crea rutinas y hábitos saludables.
Por todo esto, a pesar de las importantes limitaciones físicas y emocionales a las que los pacientes con patologías crónicas se ven sometidos, resulta interesante que los profesionales sanitarios en contacto directo con ellos (fisioterapeutas, psicólogos, trabajadores sociales, etc.), intenten inculcar una vida activa, promuevan y fomenten rutinas y prácticas de actividad física adaptadas a las necesidades de cada persona, buscando así mejorar su bienestar general, su calidad de vida e intentando paliar algunos de los síntomas que su propia patología conlleva.
Marta Marcén Pamplona. Fisioterapeuta
Ana Sánchez Alique. Fisioterapeuta