Diferentes investigaciones realizadas en los últimos años apuntan a que la Esclerosis Múltiple (EM) puede provocar alteraciones cognitivas, debido a su impacto en el sistema nervioso central. Los porcentajes de afectación se sitúan en una horquilla amplia que abarca desde el 40% hasta el 65% de las personas diagnosticadas. Este amplio margen de porcentaje parece depender de la procedencia de derivación de la población estudiada, el curso clínico de la propia enfermedad y los instrumentos de evaluación neuropsicológicos empleados. ¿Pero a qué nos referimos con alteraciones cognitivas? ¿Qué es la Neuropsicología? ¿Qué papel tiene el profesional de la Neuropsicología en una enfermedad como la Esclerosis Múltiple?
La Neuropsicología es una disciplina y especialidad clínica que converge entre la Neurología y la Psicología. Al igual que la Psicología, el origen de la Neuropsicología tiene su base en trabajos médicos realizados no hace tanto tiempo, concretamente en los siglos XIX y XX. Casos clínicos clásicos de referencia, que han impulsado el desarrollo de esta disciplina, vienen de la mano de autores como Paul Pierre Broca. A mediados del siglo XIX, este médico y antropólogo francés, ayudó al establecimiento de las primeras clasificaciones de la afasia, al describir el primer centro del lenguaje, que actualmente conocemos como área de Broca, vinculado a la tercera circunvolución frontal del hemisferio dominante. Además de las contribuciones de otros grandes autores como Gall, Luria, Wernicke, Damasio, la Neuropsicología fue avanzando mediante el estudio de la función cerebral mediante los cambios en la conducta y comportamiento producidos, lamentablemente, por lesiones cerebrales ocasionadas en experimentación animal, por efectos en seres humanos provocados derivadas de las distintas guerras del siglo pasado o por accidentes laborales como en el caso de Phineas Gage y su famosa lesión frontal y posterior cambio comportamental y de personalidad (1).
La Neuropsicología nace, pues, del conocimiento científico, la Neurología clásica, las neurociencias y la Psicología contemporánea. La Neuropsicología clínica se erige como un área de especialidad dentro de la Psicología que vincula los conocimientos sobre el funcionamiento del sistema nervioso central con sus distintas manifestaciones cognitivo-conductuales, profundizando en las interrelaciones existentes en un intento de aclarar la naturaleza de las mismas. Su objetivo esencial es estudiar las relaciones existentes entre la actividad cerebral y las funciones psicológicas superiores, incluyendo las funciones ejecutivas, gnosias, praxias, lenguaje, memoria, pensamiento, cálculo, escritura, entre otras (2).
La Asociación Americana de Psicología (A.P.A.; División 40 de Neuropsicología) define la Neuropsicología Clínica como “una especialidad que emplea los principios de evaluación e intervención basándose en el estudio científico del comportamiento humano y su relación con el funcionamiento normal y anormal del SNC”.
La Neuropsicología se nutre de los conocimientos aportados por las funciones cognitivas y la actividad de personas sin lesiones del cerebro, aunque de manera prioritaria, una de sus fuentes principales de conocimiento proviene del estudio minucioso de la desorganización de esas funciones complejas cuando aparecen lesiones orgánicas de distinta etiología, como en el caso de la Esclerosis Múltiple.
Entre las funciones desempeñadas por los psicólogos especializados en Neuropsicología clínica se hallan la evaluación, el diagnóstico y la intervención terapéutica de los distintos trastornos asociados a las disfunciones del sistema nervioso central:
- Evaluación:
Una de las primeras tareas del profesional de la Neuropsicología es hacer una correcta evaluación, que se centre, fundamentalmente, en identificar, explicar y cuantificar la posible afectación en las funciones cognitivas, a partir de la recogida de información y la elaboración de la historia clínica neuropsicológica, a través de las pruebas y técnicas más adecuadas a cada persona afectada. Tras su aplicación, la interpretación de los resultados permitirá establecer un diagnóstico sobre el que se fundamentará la intervención pertinente. Mediante el proceso de evaluación se conseguirá la detección y especificación tanto de las funciones alteradas como las preservadas y por otra parte se establecerán las repercusiones y secuelas de las disfunciones sobre la conducta del paciente y sobre su entorno.
En el caso de la Esclerosis Múltiple, es fundamental realizar una evaluación de cribado a nivel preliminar, con el fin de determinar si existe deterioro cognitivo en una persona en particular en ese momento concreto del avance de la enfermedad y, posteriormente, decidir la realización de una evaluación más profunda y exhaustiva.
En el año 1990 se diseñó la BRB-N (Brief Repeatable Battery of Neuropsychological Test in Multiple Sclerosis), con desarrollos y validaciones posteriores con población castellana (2012) como herramienta para evaluar la función cognitiva en pacientes con Esclerosis Múltiple, incluyendo capacidad de aprendizaje, retención a largo plazo verbal y visoespacial, atención sostenida, capacidad de concentración, velocidad de procesamiento de la información y fluidez verbal fonológica.
Además del protocolo de evaluación neuropsicológica es imprescindible añadir pruebas para medir el cociente intelectual (CI), el estado emocional y la incidencia de la fatiga, ya que pueden ser variables que estén afectando al rendimiento cognitivo (3, 4).
- Intervención y tratamiento:
Una vez identificados los objetivos y necesidades de la intervención, la intervención neuropsicológica se centrará en la aplicación de técnicas específicas de tratamiento a los diferentes trastornos cognitivos y conductuales, incluyendo actividades con carácter individual y grupal. Los procesos de intervención y/o rehabilitación cognitiva estarán enfocados hacia procesos activos que ayuden al paciente a comprender mejor la naturaleza de las alteraciones que presenta, optimizar la recuperación de las funciones cognitivas superiores alteradas y desarrollar estrategias que permiten compensar estos trastornos. Para ello, se diseñarán estrategias de intervención dirigidas a estimular las funciones cognitivas superiores preservadas con el objetivo de mantener la autonomía personal del paciente en las actividades de la vida diaria y mejorar su calidad de vida.
Toda intervención se realizará, idealmente, en un entorno de trabajo multidisciplinar en colaboración de otros profesionales sociosanitarios (médicos rehabilitadores, neurólogos, psicólogos, logopedas, terapeutas ocupacionales, trabajadores sociales, educadores sociales, enfermeros, auxiliares, fisioterapeutas, graduados en actividad física, entre otros), así como teniendo en cuenta el propioentorno del paciente, tanto familiar como social, laboral o educativo (5).
Preguntas para la reflexión
- ¿Crees que en tus tareas laborales cotidianas con pacientes con Esclerosis Múltiple la figura del neuropsicólogo es de utilidad?
- ¿Piensas que para el paciente con diagnóstico de Esclerosis Múltiple es importante para su vida cotidiana las funciones cognitivas descritas en el texto?
Referencias:
1. Rufo-Campos, M. (2006). La neuropsicología: historia, conceptos básicos y aplicaciones. Revista de Neurología, 43, Supl 1, S57-S58.
2. Tirapu, J. 2001. Manual de Neuropsicología. Viguera Editores.
3. Rao, S. M, and the Cognitive Function Study Group of the National Multiple Sclerosis Society. (1990). A manual for the Brief Repeatable Battery of Neuropsychological Tests in multiple sclerosis Medical College of Wisconsin: Milwaukee, WI.
4. Duque P., Ibáñez J., Del Barco A., Sepulcre J., De Ramón E., Fernández-Fernández O. (2012). Normalización y validación de la batería neuropsicológica breve como test neuropsicológico de referencia en la esclerosis múltiple. Revista Neurología, 54, 263-70.
5. Rosti-Otajärvi, E.M., Hämäläinen, P.I. (2014). Neuropsychological rehabilitation for multiple sclerosis. Cochrane Database of Systematic Reviews, 2.
Esther Lázaro. Neuropsicóloga
Excelente artículo.