Tras el diagnóstico de Esclerosis Múltiple (EM), y una vez pasado el impacto del momento inicial, muchas personas con EM se plantean incorporar cambios en su día a día que repercutan en una mejor calidad de vida. No obstante, establecer nuevas rutinas y mantenerlas en el tiempo no siempre es fácil y en muchas ocasiones tampoco se cuenta con los medios ni con la motivación suficiente para conseguirlo. Por ello, como profesionales implicados con la EM, es necesario que ofrezcamos herramientas que faciliten al paciente alcanzar una meta u objetivo y que además se sienta apoyado durante dicho proceso.

La Teoría del Establecimiento de Metas fue planteada por Ewin A. Locke en 1968 y postula que la intención de alcanzar una meta ya es una fuente de motivación en sí para la persona (1). El establecimiento de metas puede suponer una herramienta motivacional útil para incrementar los beneficios en la salud de nuestros pacientes (2). Por tanto, esta técnica es un componente central en la terapia rehabilitadora en Esclerosis Múltiple (3).

A continuación, vamos a detallar un ejemplo de cómo podríamos aplicar esta técnica con nuestros pacientes de Esclerosis Múltiple en el contexto de la actividad física.

Primer paso: marcarse un objetivo con Esclerosis Múltiple

Para realizar cualquier cambio, el primer paso es marcarse un objetivo. Para ello, podemos animar a la persona con Esclerosis Múltiple a que defina sus objetivos basándose en la técnica SMART (por sus siglas en inglés):

No se debería caer en ser demasiado ambicioso en cuanto a número de objetivos, al menos al principio, por lo que, si la persona nos plantea hacer demasiados cambios a la vez, podemos animarla a ordenar los objetivos por orden de prioridad y comenzar a trabajar con el primero.

Puede que para conseguir el objetivo sea necesario ir poco a poco, y por ello, una estrategia es dividirlo en metas más pequeñas. Siguiendo con el ejemplo de practicar yoga, podría ser:

  1. Consultar con el médico y fisioterapeuta si el yoga está indicado en su caso.
  2. Localizar un centro.
  3. Empezar por un día a la semana, con sesiones de menor duración y realizando descansos entre los ejercicios.
  4. Reducir el tiempo de descanso entre los ejercicios.
  5. Ampliar la duración de la sesión.
  6. Ampliar a 2 días a la semana.

Cuando la persona con EM tenga claro su objetivo y lo haya dividido en diferentes metas, podemos animarle a imaginarse a sí mismo dentro de un tiempo cuando haya cumplido su objetivo. Esta pregunta puede ayudar a la persona con EM a visualizar el futuro cuando ya haya cumplido su objetivo. Podemos plantearle preguntas como ¿cómo crees que te sentirás al cumplirlo?, ¿qué cosas serán diferentes?, ¿qué beneficios tendrá para ti? En el caso de querer practicar yoga, algunas respuestas podrían ser:

  1. Si consigo mi objetivo, me sentiré satisfecho y orgulloso de mí mismo.
  2. Espero mejorar algunos de los síntomas que tengo de la EM.
  3. También espero que “mi ánimo” mejore un poco.

Al incorporar los objetivos como una parte de la realidad de las personas con Esclerosis Múltiple pueden aparecer obstáculos que dificulten el conseguir la meta. En este punto, el profesional sanitario puede orientar a la persona con EM para anticipar los posibles obstáculos y plantear alternativas que ayuden a solventarlos sin perder la motivación. Para ayudar a la persona en esta fase podemos plantearle las siguientes preguntas:

1. ¿Qué obstáculos crees que puedes encontrarte para no poder ir a la clase de yoga?

  • Tener mucha fatiga un día.
  • Que llueva y no pueda salir a la calle.
  • Tener otro compromiso en el mismo horario.

2. ¿Qué soluciones se te ocurren?

  • El día que tenga más fatiga, haré descansos más largos entre los ejercicios.
  • Acordaré con mi hijo que me lleve en coche.
  • Compraré el material necesario y realizaré una rutina breve en casa.

Otro punto que puedes trabajar con tu paciente es valorar qué apoyos o recursos podrían ayudarle en la consecución de los objetivos del día a día. Por ejemplo, realizar actividades en grupo junto con algún familiar/amigo que pueda unirse al plan, contar con los profesionales de las asociaciones para que le asesoren de forma personalizada e incluso utilizar aplicaciones digitales que le ayuden a realizar un seguimiento diario.

Finalmente, hay dos cuestiones clave sobre las que la persona con EM tendrá que reflexionar para comenzar a trabajar en su objetivo.

  • ¿Qué necesito para empezar? Si necesitase información, es importante recordarle que recurra a información fiable y que consulte con un profesional o con su asociación.
  • ¿Cuándo empiezo? La mejor respuesta en este caso sería un ¡cuanto antes, mejor!

Con el plan de acción elaborado, es hora de comenzar a trabajar en el día a día para conseguir el primer hito que la persona con EM se haya marcado. Anímala a que utilice un calendario o un diario para ir escribiendo sus progresos y a que lo coloque en un lugar visible.

¿Objetivo conseguido?

Cuando haya transcurrido el tiempo que se estableció para cumplir el objetivo, explora con la persona si lo ha conseguido. En el caso de que no lo haya conseguido, anímale a repasar todo el proceso y que se plantee si hay algo que pueda hacer de forma diferente, si necesita ayuda o si debe replantearse el objetivo. Hay que dejarle claro que reevaluar los objetivos no es un fracaso, es una parte más del proceso.

Si por el contrario ha logrado conseguirlo, insiste en que es clave mantenerlo en el tiempo, y más teniendo en cuenta que para instaurar un hábito suelen hacer falta en torno a 66 días (4). La pregunta que debería hacerse en este punto es ¿cómo me he sentido tras cumplir mis metas?

Igualmente, es una buena idea darse pequeños caprichos a medida que se van dando pasos hacia el objetivo, así como reconocer el esfuerzo. Podemos subrayarle la importancia de tener autoverbalizaciones positivas, como por ejemplo:

  • Con cada paso que doy, estoy más cerca de mi objetivo.
  • ¡Qué bien lo estoy haciendo!
  • Estoy esforzándome para conseguir mi objetivo.

Para facilitar todo este proceso, te dejamos una infografía que puedes imprimir para que la persona con Esclerosis Múltiple vaya escribiendo todo lo que hemos desarrollado con anterioridad.

Referencias

  1. Locke EA (1968). Toward a theory of task motivation and incentives. Organ Behav Hum Perform; 3:157-89.
  2. Díaz-Ocejo, J. y Mora-Meri, J.A. (2013). Revisión de algunas variables relevantes en el establecimiento de metas deportivas. Anales de psicología,29(1), 233-242.
  3. Řasová, K., Martinková, P., Soler, B., Freeman, J., Cattaneo, D., Jonsdottir, J., … & Feys, P. (2020). Real-world goal setting and use of outcome measures according to the international classification of functioning, disability and health: A european survey of physical therapy practice in multiple sclerosis. International Journal of Environmental Research and Public Health17(13), 4774.
  4. Lally, P., van Jaarsveld, C. H. M., Potts, H. W. W., & Wardle, J. (2010). How are habits formed: Modelling habit formation in the real world. European Journal of Social Psychology, 40, 998-1009

Cristina Soria Poveda. Psicóloga